La disposición de los durmientes, es decir, la separación entre ellos y el ángulo de giro, está determinado por el grado de privacidad de los espacios. A medida que se requiere mayor resguardo para un momento de oración, estos se juntan más y en los lugares de acceso o mayor tránsito, estos se van separando. Todo se lee como un continuo, en que los durmientes siguen un patrón de giro. Según la posición en que el usuario se encuentra dentro de la obra, el muro de durmientes le va a entregar una información determinada. En un determinado ángulo, se lee un continuo sin separación de los elementos pero en realidad están separados y las sombras delatan esta condición.